La princesa Nadie. Un cuento de hadas

   













 

     

Un texto supeditado a unos dibujos. ¿Un álbum ilustrado, entonces?, si, supongo que si, pero editado en 1884. Un escritor, Andrew Lang, impresionado por la obra de un ilustrador, Richard Doyle, escribe un texto (algo inconexo a veces, tengo que decir, puede ser la traducción, supongo) para unas ilustraciones. Y de este modo surge La Princesa Nadie.
Lo cierto es que es una pequeña joya, sin duda. La historia sencilla, de hadas, muy de la época. Unos reyes que no pueden tener descendencia, un malvado enano que se aprovecha de eso, una niña que nace y que desde ese momento está condenada a desaparecer, un principe poco agraciado (esto ya no es tan habitual, eh?) y un final feliz.
Todo ello sucede en un reino cercano al País de las hadas, por lo que.... todo es posible.
IMPORTANTE CONSEJO: Observar las ilustraciones con ayuda de una lupa para no perder detalle, de ese modo podreís ser testigos de como los "dulces" elfos martirizan a los animales del bosque, desde caracoles y libelulas, hasta ratones y pájarillos... ¡pobrecillos, lo que tienen que aguantar!.
(Tit:La Princesa Nadie. Un cuento de hadas. Lang, A. Olañeta, 1990)

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