Las islas felices detrás del viento


Según el mismo capitán Dvorin Madirankovitsch la historia que aquí se cuenta es para adultos, pero también es para niños, ya que tanto a unos como a otros les interesaran las hazañas del viejo lobo de mar y sus tripulantes (además de algún que otro pasajero de última hora) a bordo de La Cigarra, su barco de vapor. Sobre todo hay un tema muy, pero que muy importante, que no puede pasar desapercibido para nadie, se tenga la edad que se tenga, porque... ¿A quién no le interesa ser feliz? ¿Y encontrar las islas donde la felicidad es completa y para siempre? ¿Qué no existen? ¡Ajaajaaaaa! Os he pillado, deber ser que no habéis buscado bien, porque esas islas existen, ya lo creo que si....
Este libro cuenta esa búsqueda, la de una leyenda que cuenta este viejo lobo de mar, su propia experiencia, su extraño viaje, y su encuentro con estas islas que amparadas en torbellinos y remolinos de viento, aparecen y desaparecen en el mar. Por eso precisamente es tan difícil dar con ellas.
Polipopaya, Melífera, Torronostro, Pintoretto, Bellavera, Paxos, o Jou Jou son algunos de sus nombres. Unas islas donde animales, hombres y plantas viven en perfecta armonía, utilizando el mismo lenguaje, gracias a una pastilla que hay que tomar para entender el idioma que hablan los monos, las tortugas o las abejas...... ¡Ainsssss si fuera tan fácil!
En cada una de las islas el capitán y su tripulación descubrirán las más sorprendentes y fantásticas historias: la existencia de una escuela de abejas, y una escuela de flores, rinocerontes que sirven el desayuno, ranas que presiden juicios, o gatos inventores. Pero además de las situaciones más disparatadas, encontrarán con que todas y cada una de las islas tienen algo en común: la felicidad. Todo el mundo es feliz, es imposible enfadarse, no se puede, imposible. Y ésta no depende del dinero, ni las joyas, ni el poder, ni... ¡por cierto! tienen un Ministerio de la Amistad, ¡Qué buena idea! ¿verdad? El gobierno es alternativo y por riguroso orden alfabético:

"El primer día de cada mes gobiernan todos los ciudadanos cuyo nombre comienza por A: águilas, albatros, abejas, ánades, etc. El segundo día los de la letra B: burros, bisontes, brezos, begonias,..."
¡Esto si que es democracia!

No es una historia muy original, se recurre siempre a los mismos valores: amistad, libertad, respeto a los animales, vegetarianismo..... pero digo yo que nunca está de más leer historias amables de mundos ideales que los humanos, al parecer, somos incapaces de mantener, quizá debido a la pérdida de la ingenuidad, de la honestidad, y seguramente de algo mucho más simple: el sentido común. Por todo ello es más que recomendable que niños y adultos, haciendo caso al capitán, leamos esta historia.
(Tit: Las islas felices detrás del viento. Krüss, J.. Anaya, 2002)

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