La bruja del oeste se ha muerto


"Nunca se me había ocurrido. Nunca había creído que fuera posible quedarme a vivir con la abuela. Era como si un viajero que hubiera estado caminando solo durante días a la intemperie viera por fin una cabaña, y al entrar encontrara un banquete delicioso humeando en la cocina, y para colmo fuera recibido con una sonrisa llena de amor y le dijeran: “Te puedes quedar aquí”".

Mai tiene trece años y el colegio no le gusta porque no encaja en ningún grupo, así que ha decidido no ir hasta que no se sienta segura. Pero el verano que pasa en casa de su abuela lo cambia todo, porque allí no solo se siente querida y respetada, es que comienza un aprendizaje para ser bruja como su abuela. Un aprendizaje algo inusual porque en lugar de aprender pócimas y ensalmos, tiene que madrugar, limpiar el huerto, comer en condiciones y dormir las horas suficientes. ¿Qué tendrá de mágico levantarse a las siete de la mañana?  

"Lo más importante, tanto para protegerte del mal como para convertirte en bruja, es tener fuerza de voluntad. Hace falta capacidad de determinación, de llevar a cabo lo que uno se ha propuesto. Cuanto mayor sea es fuerza, menos poder tiene el mal sobre ti. Tú dices que es así de fácil, pero ¿no son las cosas tan simples precisamente las que más cuestan?".

Convertirse en bruja no parece nada sencillo y mucho menos aún si las circunstancias no acompañan. El vecino de su abuela es un personaje muy extraño, igual hasta es un asesino y a Mai, que no confía en él, esto le lleva a discutir con su abuela. La cabezonería de una niña de trece años, la desconfianza y el miedo malogran unas vacaciones que parecían perfectas. Y es duro darse cuenta, sobre todo con esa edad, que a menudo la vida no ofrece segundas oportunidades.

Este precioso libro se centra fundamentalmente en Mai y su abuela, y la preciosa relación que las une . El comienzo no puede ser más triste: la abuela ha muerto y es entonces cuando Mai recuerda el verano, hace dos años, que pasó con ella. Es un libro perfecto para hablar "de lo que no solemos querer hablar" con los niños, porque lo trata de una manera tan poética, sutil, sencilla, y yo diría que hasta mágica, que el tema fluye solo y la muerte solo se convierte en una inevitable distancia, en un peso que dejar atrás. Además la autora toca temas universales como la muerte, el duelo, la soledad, el autoconocimiento, la familia, y lo hace casi de manera difusa entre mermeladas y amaneceres, hojas secas y gallinas. Es conmovedora sin caer en la ñoñería, y con un final que es pura magia. 

La bruja del oeste se ha muerto (Kaho Nashiki. Hermida editores 2024)

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