El cazador de estrellas
"No recordaba la primera vez que sufrió el ataque. Tenía tres años, y le quedaba sólo un recuerdo nebuloso de esa época."
Bachir vive en un campamento de refugiados saharauis, y sus pulmones están enfermos, tanto que se ve obligado a permanecer tumbado día y noche.
"Hasta las diez, todo era agradable, siempre que sus pulmones no se quejaran (...).Luego vendrían tres o cuatro horas soportables. El calor aún no sería asfixiante y se entretendría imaginando que ocurriría en la calle, jugando a asociar voces con rostros y sonidos con objetos."
Porque tiene todo el tiempo del mundo para eso, para escuchar, y para imaginar que hay detrás de todos los sonidos que escucha. Y de ese modo es como una noche conoce a Jamida, un anciano, mitad guerrero, mitad sanador, mitad sabio, que le va a enseñar muchas cosas, pero sobre todo una fundamental.
"Se puede lo que se quiere, si se quiere con el corazón. Tendrías que preguntarte qué quiere tu corazón (...)
- Estoy enfermo. Lo han dicho los médicos...
- Si, estas enfermo, no lo dudo. Y creo que tu cuerpo quiere salir de ahí, pero ¿y tu corazón? ¿Qué te dice tu corazón?."
Una simple esfera de madera para entretenerse que le regala Dajba, la chica que le gusta, y una caña para hacer ejercicios de respiración, que le fabrica Jamid, son los responsables de que Bachir vuelva a tener ilusión. Ilusión por sanar sus pulmones... ¿o quizá sea su alma?.
Jamida le enseñará a mirar el cielo buscando estrellas, le fabricará el artilugio con el que ayudar a sus pulmones a respirar mejor, escuchará sus quejas y le contará alguna de las historias que habían formado parte de su vida, pero sobre todo le dará esperanzas, y le inculcará valor, un valor que Bachir había perdido y creído no volver a recuperar nunca.
"Contemplando el cielo, el chico se preguntó cuantos hombres sabios lo habrían estudiado noche tras noche, hasta conocer cada uno de esos puntos de luz. (...) Tal vez algún día tuviera ocasión de cruzar los desiertos y conocer alguno de esos lugares."
Una historia de amistad, superación, conocimiento de una cultura perteneciente a un pueblo, tan castigado como el saharaui, y que como todo pueblo que vive una injusticia, está lleno de sabiduría, constancia, paciencia y valor. Ojalá su padecimiento se terminase pronto. Inchállah (Dios lo quiera).
(Tit: El cazador de estrellas. Gómez, R. Edelvives, 2009)
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