El zar Saltán


Originalmente el relato está escrito en verso, sin embargo para esta edición, Enrique Moya, el traductor, ha hecho un gran trabajo al pasarlo a prosa para que la lectura sea menos complicada. Las ilustraciones, maravillosas, de Ivan Bilibin, un famoso ilustrador ruso del siglo XX, están basadas en motivos tradicionales rusos, orientales y Art Nouveau, y acompañan a esta historia que, como siempre, hace predominar el bien sobre el mal, en este caso el bien representado por un precioso cisne que resultará ser una hermosa doncella, que acabará casándose con el hijo del zar....aunque éste no sabe que es su hijo. Vale, comencemos por el principio que veo que no os enteráis:

"...como permaneció combatiendo tanto tiempo y con tanta fiereza en tierras tan lejanas, llegó la hora del parto y Dios les regaló un hijo del tamaño de un arshin al que la zarina cuidaba como un águila cuida de su aguilucho.
Así pues la zarina envió un mensajero con una carta para comunicarle la buena nueva al padre. Sin embargo la tejedora, la cocinera y su tía Barbarija, que deseaban la desgracia de la zarina, ordenaron atrapar al emisario y, luego, enviaron a otro mensajero en su lugar...."

Los mensajes fueron manipulados, porque estas tres brujas (la tejedora, la cocinera y su tía) le tienen mucha manía  a la zarina, y no quieren que le vaya bien en la vida (a eso se le llama ser envidioso, pero mucho además). Uno de los mensajes, mandará expresamente deshacerse de la madre y el hijo en un barril arrojado al océano... ¿Cómo puede alguien en su sano juicio pensar que el zar pueda mandar hacer tal cosa?.....prueba de que la gente, ya por aquel entonces, no piensa por ella misma, ni tiene criterio propio es que nadie se lo plantea, acaban haciendo lo que las tres malvadas han hecho transcribir en el último mensaje.

Y así es como ambos conocen al cisne, porque mientras navegan en el barril por las aguas del océano, son testigos de como las garras de un halcón están a punto de hacer presa en el bello animal. Le salvan la vida, y éste les queda agradecido de por vida, ofreciéndoles en primer lugar una isla desconocida, que aparece de la nada en plenas aguas, y de la que Gvidon, el muchacho, se convertirá en príncipe.

Aquí vivirán felices, aunque tristes, si bien les falta la compañía de padre y esposo. Periódicamente unos mercaderes harán escala en la isla, y el joven príncipe se interesará por el camino que deben proseguir y su destino final, que no es otro que la tierra donde vive su amado padre el zar Saltán. Unos cuantos viajes, sin que nadie lo sepa, convertido por arte de magia en mosquito, mosca y abejorro, le harán navegar junto a los mercaderes hasta donde se encuentra su padre, y allí ser testigo de que las viejas brujas siguen haciendo de las suyas, pues el zar quiere a toda costa viajar a ese lugar del que traen buenas nuevas, y conocer al príncipe que allí gobierna, y ellas no le dejan. Pero....

Pero como esto es un cuento, la magia existe y todo termina bien, (en este cuento me refiero) al final el zar viajará hasta la isla surgida de la nada, obra del cisne que una vez convertido en doncella se casará con el príncipe, y allí se dará cuenta de que la zarina y su hijo son los gobernantes de ese nuevo paraíso, y las tres brujas no tendrán más remedio que confesar el mal que hicieron, aunque la benevolencia de su majestad perdonará su comportamiento. Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.

"¿Qué estaba viendo? ¿Qué era aquello? ¡Cómo era posible! ¡El corazón del zar palpitó con pasión y, de pronto, se quedó sin respiración!.
Sin poder contener las lágrimas, el zar abrazó a la zarina, a su hijo y a su joven mujer, y a continuación, todos juntos se sentaron a comer en una mesa donde celebraron un alegre festín (...) El zar como estaba tan contento, permitió que las tres regresaran a casa."

Hermoso cuento y no menos hermosas ilustraciones de un clásico del romanticismo ruso. Maravillosa la labor de la editorial Gadir, empeñada en que los más pequeños lean los clásicos, ¡que no todo van  a ser vampiros y magos!... ¿no?. Recomiendo encarecidamente, porque creo que una de las cosas más hermosas en literatura son las tradiciones y leyendas populares reconvertidas en historias para niños, o......¿son historias para niños reconvertidas en leyendas populares?......

(Tit: El zar Saltán. Pushkin, A. Gadir, 2013)

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